Por alguna razón la palabra tesis deja a todos pasmados cuando la
escuchan. Pareciera que la palabra “tesis” determina el diagnóstico de
una enfermedad a la que están condenados a “padecer” todos aquellos que
se han dispuesto a conseguir un título de grado y posgrado.
Creo que la tesis
fue y es víctima del peor de los acosos sociales: el rumor. Como saben,
una vez que éste se echa a correr no hay cómo frenarlo. ¿Los
culpables?, imposible individualizarlos, ¿O sí? Más allá de los
responsables de semejante injusticia para con la tesis, me interesaba dejar acotados algunos rasgos que identifican a un fututo tesista.
Para mí, el periodo de la tesis es el mejor. Sí, sí
¡El mejor de todos!, por los que puede pasar uno mientras estudia. Los
estudiantes se quejan durante toda la carrera de que deben hacer lo que
les dicen los profesores, no les gustan las consignan, ni los tiempos,
entre tantas otras cosas propias de la asimetría que plantea el momento
de la evaluación. La tesis es el espacio, en donde el estudiante se transforma en tesista y ese nuevo rol le da el beneficio de tener un lugar en donde realmente volcar “su mirada” sobre eso que estudió.
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Repasemos los 7 rasgos que los caracterizan:
1) A un futuro tesista: Cada tanto le viene a la mente que te tiene que hacer la tesis y siente, en ese momento, una especie de corto circuito en tu cabeza.
El primer momento del desarrollo de una tesis viene
viciado por el rumor sobre cómo es pasar por su desarrollo. Entonces, es
bueno saber que hay que amigarse con la tarea de ponerse a escribir la tesis. Esto sólo puede hacerse con amor, mucho amor.
2) Un futuro tesista: Cada vez que escucha a alguien hablar de su tesis o se pone a pensar en la suya y siente rechazo.
Esta sensación indica que el tesista, ¡va bien! Porque el sentimiento de
rechazo, es el primero de la triada: rechazo, resignación, aceptación.
3) A un futuro tesista: Se le llena la agenda de actividades, pero ninguna involucra el desarrollo de su tesis.
Esta modalidad es un clásico entre los tesistas, y se desprende del
sentimiento de rechazo. Cuanto antes se tome conciencia de esto, antes
se va a entregar la tesis.
4) Un futuro tesista: Sabe que tiene que entregar la tesis, no estás haciendo nada, pero misteriosamente se imaginas recibiendo el título.
Laberintos de la mente si los hay. Nada peor que convertir al desarrollo de la tesis
en un agujero negro. Comenzar a leer, no digamos cosas del tema posible
a desarrollar, sino leer (sobre lo que leemos habitualmente) bajo el
“paraguas de la tesis” ya es un gran paso. Nuestra lectura puede estar
dada por las noticias o los post en facebook, da igual porque el
objetivo es hacerle espacio en nuestra mente al desarrollo de la tesis.
5) Un futuro tesista: Cree que no tiene nada para escribir que sea lo suficientemente interesante para desarrollar en su tesis.
¡Genial!, si este punto te identifica estás en las puertas del inicio de la escritura de tu tesis. Casi que llegaste al momento de la resignación.
6) A un futuro tesista: Le parece que todos los temas que escucha que
están desarrollando otros tesistas son “años luz más interesante” que
el suyo.
Hay que tener presente que, antes de comenzar a escribir aparece el
“paredón del miedo” que se alimenta de la comparación. Y siempre es en
desmedro de tus ideas y a favor de las ideas de los demás. Se supera
“leyendo” sobre nuestro tema. Siempre mejor “ocuparse que compararse”.
7) Un futuro tesista: Hace mucho tiempo que está “haciendo la tesis”, pero esto no pasa de ser, una simple oración.
Es complejo pero no imposible llegar al momento de la aceptación. Cerrar
ciclos no es tare fácil. Culminar una carrera o un posgrado exige poner
a prueba lo que se ha estudiado y ahí otra vez aparece “el paredón del
miedo”. Se supera (igual que el punto anterior): “leyendo” sobre nuestro
tema. Siempre mejor “ocuparse que compararse”.
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